¿Qué dijeron antes de partir los genios de la literatura? Algunas palabras son escalofriantes:
La muerte siempre ha sido un tema recurrente en la literatura, y los escritores, con su sensibilidad única, enfrentaron el final de sus días dejando frases que aún hoy nos estremecen. Estas últimas palabras no solo revelan algo sobre el estado emocional de los autores, sino que también encapsulan su visión del mundo y su legado literario. Aquí repasamos las últimas declaraciones conocidas de 10 grandes escritores, desde lo trágico hasta lo profundamente poético:
Contenido:
- 10. Franz Kafka: “Matenme, o de lo contrario son ustedes unos asesinos.”
- 9. Emily Dickinson: “Tengo que entrar, el frío es demasiado.”
- 8. Oscar Wilde: “O se va ese papel tapiz, o me voy yo.”
- 7. Virginia Woolf: “No puedo seguir luchando.”
- 6. Edgar Allan Poe: “Señor, ayuda a mi pobre alma.”
- 5. James Joyce: “¿Nadie comprende?”
- 4. Honoré de Balzac: “Mi médico dijo que estaba bien morir de esta manera.”
- 3. Goethe: “¡Más luz!”
- 2. William Shakespeare: “Debemos prepararnos para ello.”
- 1. Lord Byron: “Ahora debo dormir.”
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10. Franz Kafka: “Matenme, o de lo contrario son ustedes unos asesinos.”
Kafka, conocido por obras como La metamorfosis y El proceso, pasó sus últimos días en un sanatorio debido a la tuberculosis que lo atormentó durante años. Esta frase fue dirigida a su médico en un acto de desesperación, pues los dolores físicos eran insoportables y los tratamientos no ofrecían alivio.
Su lucha contra la enfermedad reflejaba el mismo sentimiento de opresión y fatalismo que impregnaba su obra. Kafka no solo temía la muerte, sino también la prolongación de un sufrimiento que parecía interminable. Al final, estas palabras condensan la esencia de un escritor que entendió el peso de la existencia y las complejidades de la vida humana.
9. Emily Dickinson: “Tengo que entrar, el frío es demasiado.”
Dickinson, una de las poetas más sensibles e introspectivas de la literatura norteamericana, pasó gran parte de su vida en aislamiento, rodeada de la naturaleza y sus propios pensamientos. Esta frase final, aparentemente simple, está cargada de un simbolismo que resuena con su poesía sobre la muerte y la inmortalidad.
El «frío» al que se refiere podría interpretarse como el último aliento de la vida, una sensación que ella, con su agudo sentido poético, tradujo en palabras que trascendieron su tiempo. Para Dickinson, la muerte nunca fue algo aterrador, sino un tránsito hacia lo desconocido, una idea que exploró en muchos de sus poemas más memorables.
8. Oscar Wilde: “O se va ese papel tapiz, o me voy yo.”
Wilde, conocido por su ingenio y su afilada ironía, pronunció estas palabras en una habitación de hotel en París, donde vivía en la pobreza tras haber sido encarcelado y humillado por su orientación sexual. Su comentario sobre el papel tapiz refleja no solo su sentido del humor, sino también su habilidad para encontrar la belleza (o la falta de ella) en cualquier entorno.
A pesar de sus circunstancias adversas, Wilde nunca perdió su capacidad para observar la vida con un toque de comedia. Estas palabras finales encapsulan su espíritu inquebrantable y nos recuerdan que incluso en los momentos más oscuros, el humor puede ser una forma de resistencia.
7. Virginia Woolf: “No puedo seguir luchando.”
Virginia Woolf, una de las figuras más influyentes del modernismo literario, dejó esta frase como parte de su carta de despedida antes de sumergirse en el río Ouse. En la nota dirigida a su esposo, Leonard Woolf, expresó su agotamiento mental tras años de lucha contra la depresión y las alucinaciones que la acosaban.
Woolf se sintió abrumada por su fragilidad emocional, pero incluso en su despedida mostró su amor por Leonard, agradeciéndole por su apoyo incondicional. Sus últimas palabras son un testimonio del dolor que experimentó, pero también de su humanidad. Obras como La señora Dalloway y Al faro siguen resonando por la profundidad con que exploró la mente humana.
6. Edgar Allan Poe: “Señor, ayuda a mi pobre alma.”
Poe murió en circunstancias misteriosas que aún generan debates. Fue encontrado delirando en las calles de Baltimore, posiblemente bajo los efectos del alcohol o de una enfermedad desconocida. Estas palabras, pronunciadas poco antes de su muerte, reflejan su angustia y su necesidad de redención.
La vida de Poe estuvo marcada por la tragedia: perdió a sus seres queridos, sufrió pobreza extrema y luchó con adicciones. Su obra, cargada de melancolía y obsesión con la muerte, parece anticipar el final turbulento que enfrentó. Su frase final resuena como un eco de los temas que exploró en cuentos y poemas como El cuervo y Annabel Lee.
5. James Joyce: “¿Nadie comprende?”
Joyce, el autor de Ulises y Retrato del artista adolescente, murió en Zúrich tras complicaciones por una operación intestinal. Estas palabras, pronunciadas en su lecho de muerte, reflejan la frustración de un hombre que dedicó su vida a la experimentación literaria y que, en su tiempo, fue incomprendido por muchos.
La obra de Joyce desafió las normas narrativas de su época, pero también exigió un esfuerzo intelectual significativo a sus lectores. Su frase final encapsula la soledad de un genio que, a pesar de su brillantez, siempre buscó un entendimiento que parecía esquivo.
4. Honoré de Balzac: “Mi médico dijo que estaba bien morir de esta manera.”
Balzac, prolífico autor de La comedia humana, murió agotado tras años de escribir incesantemente para pagar sus deudas. Estas palabras reflejan una resignación al final inevitable, así como una aceptación casi irónica de la muerte.
Balzac vivió una vida frenética, dedicada a capturar cada aspecto de la sociedad en su obra monumental. Aunque murió joven, su legado es una de las contribuciones más significativas a la literatura francesa, un testimonio de su compromiso con la escritura.
3. Goethe: “¡Más luz!”
Johann Wolfgang von Goethe, el genio detrás de Fausto, dejó esta frase como un enigma antes de morir. Algunos interpretan que pedía más luz literal en la habitación, pero otros ven en sus palabras un símbolo de su búsqueda por la iluminación y el conocimiento durante toda su vida.
Goethe vivió una vida larga y productiva, explorando la ciencia, la poesía, el teatro y la filosofía. Su frase final encapsula su espíritu inquieto y su insaciable curiosidad por los misterios de la existencia.
2. William Shakespeare: “Debemos prepararnos para ello.”
El dramaturgo más famoso del mundo enfrentó la muerte con la serenidad que caracteriza a muchas de sus obras. Estas palabras reflejan su aceptación del ciclo natural de la vida y la muerte, un tema recurrente en su teatro y poesía.
Shakespeare entendió la mortalidad como una parte inevitable de la condición humana, y sus últimas palabras son un recordatorio de la importancia de enfrentar el fin con dignidad.
1. Lord Byron: “Ahora debo dormir.”
Byron, uno de los poetas románticos más célebres, murió a los 36 años mientras luchaba por la independencia de Grecia. Estas palabras reflejan su espíritu combativo y su comprensión de que la muerte era el descanso final tras una vida intensa y apasionada.
Byron vivió como un hombre que abrazó los excesos y los ideales, dejando un legado literario que aún inspira a quienes buscan la libertad y la autenticidad. Su frase final es un eco de su poesía, cargada de melancolía y heroísmo.
Las últimas palabras de estos escritores no son solo despedidas, sino destellos finales de su genialidad y humanidad. Nos recuerdan que incluso en la muerte, el espíritu creativo puede encontrar la forma de dejar su marca. ¿Qué legado o frase resonó más contigo?