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Estos 7 poemas pueden llenarte de felicidad

    1.Defensa de la alegría – Mario Benedetti

      Defender la alegría como una trinchera
      defenderla del escándalo y la rutina
      de la miseria y los miserables
      de las ausencias transitorias
      y las definitivas.

      Defender la alegría como un principio
      defenderla del pasmo y las pesadillas
      de los neutrales y de los neutrones
      de las dulces infamias
      y los graves diagnósticos.

      defender la alegría como una bandera
      defenderla del rayo y la melancolía
      de los ingenuos y de los canallas
      de la retórica y los paros cardiacos
      de las endemias y las academias.

      defender la alegría como un destino
      defenderla del fuego y de los bomberos
      de los suicidas y los homicidas
      de las vacaciones y del agobio
      de la obligación de estar alegres.

      defender la alegría como una certeza
      defenderla del óxido y la roña
      de la famosa pátina del tiempo
      del relente y del oportunismo
      de los proxenetas de la risa.

      defender la alegría como un derecho
      defenderla de dios y del invierno
      de las mayúsculas y de la muerte
      de los apellidos y las lástimas
      del azar
      y también de la alegría.

      2. Si yo pudiera morder la tierra toda – Fernando Pessoa

      Si yo pudiera morder la tierra toda
      y sentirle el sabor sería más feliz por un momento…
      Pero no siempre quiero ser feliz
      es necesario ser de vez en cuando infeliz para poder ser natural…
      No todo es días de sol
      y la lluvia cuando falta mucho, se pide.

      Por eso tomo la infelicidad con la felicidad.
      Naturalmente como quien no se extraña
      con que existan montañas y planicies y que haya rocas y hierbas…
      Lo que es necesario es ser natural y calmado en la felicidad o en la
      infelicidad.
      Sentir como quien mira. Pensar como quien anda,
      y cuando se ha de morir,
      Recordar que el día muere y que el poniente
      es bello y es bella la noche que queda.
      Así es y así sea.

      3. Oda al día feliz – Pablo Neruda

      Esta vez dejadme
      ser feliz,
      nada ha pasado a nadie,
      no estoy en parte alguna,
      sucede solamente
      que soy feliz
      por los cuatro costados
      del corazón, andando,
      durmiendo o escribiendo.
      Qué voy a hacerle, soy
      feliz.

      Soy más innumerable
      que el pasto
      en las praderas,
      siento la piel como un árbol rugoso
      y el agua abajo,
      los pájaros arriba,
      el mar como un anillo
      en mi cintura,
      hecha de pan y piedra la tierra
      el aire canta como una guitarra.

      Tú a mi lado en la arena
      eres arena,
      tú cantas y eres canto,
      el mundo
      es hoy mi alma,
      canto y arena,
      el mundo
      es hoy tu boca,
      dejadme
      en tu boca y en la arena
      ser feliz,
      ser feliz porque si, porque respiro
      y porque tú respiras,
      ser feliz porque toco
      tu rodilla
      y es como si tocara
      la piel azul del cielo
      y su frescura.

      Hoy dejadme
      a mí solo
      ser feliz,
      con todos o sin todos,
      ser feliz
      con el pasto
      y la arena,
      ser feliz
      con el aire y la tierra,
      ser feliz,
      contigo, con tu boca,
      ser feliz.

      4. El tiempo sigue adelante – Emily Dickinson

      El tiempo sigue adelante-
      con alegría lo digo a todos los que sufren ahora-
      ellos sobrevivirán-
      Hay un sol-
      Ellos ahora no lo creen-

      5. Remordimiento – Jorge Luis Borges

      He cometido el peor de los pecados
      que un hombre puede cometer. No he sido
      feliz. Que los glaciares del olvido
      me arrastren y me pierdan, despiadados.

      Mis padres me engendraron para el juego
      arriesgado y hermoso de la vida,
      para la tierra, el agua, el aire, el fuego.
      Los defraudé. No fui feliz. Cumplida

      no fue su joven voluntad. Mi mente
      se aplicó a las simétricas porfías
      del arte, que entreteje naderías.

      Me legaron valor. No fui valiente.
      No me abandona. Siempre está a mi lado
      La sombra de haber sido un desdichado.

      6.Alegría – William Blake

      “No poseo nombre: pero nací hace dos días.”
      ¿Cómo te llamaré?
      “Soy feliz.
      Me llamo alegría.”
      ¡Que el dulce júbilo sea contigo!

      ¡Bonita alegría!
      Dulce alegría, de apenas dos días,
      te llamo dulce alegría:
      así tú sonríes,
      mientras yo canto.
      ¡Que el dulce júbilo sea contigo!

      7. Hoy estoy feliz con las sábanas de la vida – Anne Sexton

      Hoy estoy feliz con las sábanas de la vida.
      Lavé las sábanas.
      Tendí las sábanas y las vi
      aletear y elevarse como gaviotas.
      Cuando estuvieron secas las descolgué
      y hundí mi cabeza en ellas.

      Todo el oxígeno de la tierra en ellas.
      Todos los pies de todo los bebés del mundo en ellas.
      Todos los calzones de todos los ángeles del mundo en ellas.
      Todos los besos mañaneros de Filadelfia en ellas.
      Todos los juegos de saltar pintados sobre las aceras en ellas.
      Todos los caballitos hechos de trapo en ellas.

      Así que esto es la felicidad—
      ese agente viajero.

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