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Cómo sería una conversación entre Haruki Murakami y Julio Cortázar

    A todos los amantes de la literatura nos hubiera encantado escuchar conversaciones entre grandes escritores y aunque lamentablemente nunca vamos a poder ver algo así, por suerte ahora gracias a la inteligencia artificial y la imaginación podemos simular la belleza de estas conversaciones, de corazón espero que les guste:

    1. Cortázar:
    — Haruki, ¿no te pasa que la realidad se comporta como un gato? Siempre aparece cuando menos la llamas.

    Murakami:
    — Sí… y cuando llega, nunca sabes si te dará compañía o te arrastrará a otro universo.

    2. Cortázar:
    — Yo tengo cronopios, criaturas que tropiezan con la vida y la vuelven poesía.

    Murakami:
    — Y yo tengo gatos y pozos, que abren puertas donde no debería haber ninguna.

    3. Cortázar:
    — A veces pienso que escribimos para doblar el tiempo, como si fuera un papel arrugado.

    Murakami:
    — O para escuchar la música que late detrás del silencio.

    4. Cortázar:
    — ¿Y si un día despertamos y descubrimos que somos personajes en un cuento mal escrito?Murakami:
    — Entonces habría que buscar la salida… aunque solo la encontráramos en un sueño interminable.

    conversación entre Haruki Murakami y Julio Cortázar

    5. Cortázar (mirando fijamente):
    — Haruki… ¿qué harías si en medio de esta charla apareciera una puerta que ninguno de los dos recuerda haber abierto?

    Murakami (en voz baja):
    — Yo la cruzaría… aunque del otro lado todo cambiara para siempre.

    6. Cortázar:
    — Esa puerta me recuerda a mis cuentos: nunca sabes si conduce a una risa, a un abismo… o a un saxofón perdido.

    Murakami:
    — Yo la imagino como un túnel que lleva a un lugar donde los relojes laten con corazón humano.

    7. Cortázar:
    — ¿No temes que tus personajes se rebelen y te abandonen?

    Murakami:
    — A veces lo hacen… y yo solo los sigo. No soy dueño de ellos, apenas su cronista.

    8. Cortázar:
    — En eso nos parecemos: escribimos como quien persigue una sombra imposible.

    Murakami:
    — Sí, pero tus sombras bailan tango, las mías se disuelven en jazz.

    9. Cortázar:
    — Qué ironía, Haruki: tus lectores buscan respuestas y encuentran laberintos.

    Murakami:
    — Y los tuyos buscan laberintos… y terminan encontrando preguntas.

    10. Cortázar:
    — Quizá eso somos tú y yo: preguntas que alguien decidió convertir en libros.

    Murakami:
    — O tal vez, Julio, libros que aún no terminan de convertirse en preguntas.

    Y así terminamos una conversación que de seguro nos deja con el corazón esperando por más.

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