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21 mejores poemas de Alejandra Pizarnik

    Poemas de Alejandra Pizarnik que te harán ver la vida de forma diferente:

    1. Cenizas

    La noche se astilló de estrellas
    mirándome alucinada
    el aire arroja odio
    embellecido su rostro
    con música.

    Pronto nos iremos

    Arcano sueño
    antepasado de mi sonrisa
    el mundo está demacrado
    y hay candado pero no llaves
    y hay pavor pero no lágrimas.

    ¿Qué haré conmigo?

    Porque a Ti te debo lo que soy

    Pero no tengo mañana

    Porque a Ti te…

    La noche sufre.

    poemas de Alejandra Pizarnik

    2. Días contra el ensueño

    No querer blancos rodando
    en planta movible.
    No querer voces robando
    semillosas arqueada aéreas.
    No querer vivir mil oxígenos
    nimias cruzadas al cielo.
    No querer trasladar mi curva
    sin encerar la hoja actual.
    No querer vencer al imán
    la alpargata se deshilacha.
    No querer tocar abstractos
    llegar a mi último pelo marrón.
    No querer vencer colas blandas
    los árboles sitúan las hojas.
    No querer traer sin caos
    portátiles vocablos.

    3. La noche

    Poco sé de la noche
    pero la noche parece saber de mí,
    y más aún, me asiste como si me quisiera,
    me cubre la conciencia con sus estrellas.
    Tal vez la noche sea la vida y el sol la muerte.
    Tal vez la noche es nada
    y las conjeturas sobre ella nada
    y los seres que la viven nada.
    Tal vez las palabras sean lo único que existe
    en el enorme vacío de los siglos
    que nos arañan el alma con sus recuerdos.
    Pero la noche ha de conocer la miseria
    que bebe de nuestra sangre y de nuestras ideas.
    Ella ha de arrojar odio a nuestras miradas
    Sabiéndolas llenas de intereses, de desencuentros.
    Pero sucede que oigo a la noche llorar en mis huesos.
    Su lágrima inmensa delira
    y grita que algo se fue para siempre
    Alguna vez volveremos a ser…

    poemas de Alejandra Pizarnik

    4. A la espera de la oscuridad

    Ese instante que no se olvida
    Tan vacío devuelto por las sombras
    Tan vacío rechazado por los relojes
    Ese pobre instante adoptado por mi ternura
    Desnudo desnudo de sangre de alas
    Sin ojos para recordar angustias de antaño
    Sin labios para recoger el zumo de las violencias
    perdidas en el canto de los helados campanarios.

    Ampáralo niña ciega de alma
    Ponle tus cabellos escarchados por el fuego
    Abrázalo pequeña estatua de terror.
    Señálale el mundo convulsionado a tus pies
    A tus pies donde mueren las golondrinas
    Tiritantes de pavor frente al futuro
    Dile que los suspiros del mar
    Humedecen las únicas palabras
    Por las que vale vivir.

    Pero ese instante sudoroso de nada
    Acurrucado en la cueva del destino
    Sin manos para decir nunca
    Sin manos para regalar mariposas
    A los niños muertos.

    5. Despedida

    Mata su luz un fuego abandonado.
    Sube su canto un pájaro enamorado.
    Tantas criaturas ávidas en mi silencio
    y esta pequeña lluvia que me acompaña.

    poemas de Alejandra Pizarnik

    6. La enamorada

    Ante la lúgubre manía de vivir
    esta recóndita humorada de vivir
    te arrastra Alejandra no lo niegues.

    hoy te miraste en el espejo
    y te fuiste triste estabas sola
    y la luz rugía el aire cantaba
    pero tu amado no volvió

    enviarás mensajes sonreirás
    tremolarás tus manos así volverá
    tu amado tan amado

    oyes la demente sirena que lo robó
    el barco con barbas de espuma
    donde murieron las risas
    recuerdas el último abrazo
    oh nada de angustias
    ríe en el pañuelo llora a carcajadas
    pero cierra las puertas de tu rostro
    para que no digan luego
    que aquella mujer enamorada fuiste tú

    te remuerden los días
    te culpan las noches
    te duele la vida tanto tanto
    desesperada ¿adónde vas?
    desesperada ¡nada más!

    7. El miedo

    En el eco de mis muertes
    aún hay miedo.
    ¿Sabes tú del miedo?
    Sé del miedo cuando digo mi nombre.
    Es el miedo,
    el miedo con sombrero negro
    escondiendo ratas en mi sangre,
    o el miedo con labio muertos
    bebiendo mis deseos.
    Sí. En el eco de mis muertes
    aún hay miedo.

     8. Sólo un nombre

    Alejandra Alejandra
    debajo estoy yo
    Alejandra.

    9. La palabra que sana

    Esperando que un mundo sea desenterrado por el lenguaje, alguien canta el lugar en que se forma el silencio. Luego comprobará que no porque se muestre furioso existe el mar, ni tampoco el mundo. Por eso cada palabra dice lo que dice y además más y otra cosa.

     10. Presencia

    Tu voz
    en este no poder salirse las cosas
    de mi mirada
    ellas me desposeen
    hacen de mí un barco sobre un río de piedras
    si no es tu voz
    lluvia sola en mi silencio de fiebres
    tú me desatas los ojos
    y por favor
    que me hables
    siempre.

    11. Amantes

    Una flor
    no lejos de la noche
    mi cuerpo mudo
    se abre
    a la delicada urgencia del rocío.

    12. Encuentro

    Alguien entra en el silencio y me abandona.
    Ahora la soledad no está sola.
    Tú hablas como la noche.
    Te anuncias como la sed.

    13. La carencia

    Yo no sé de pájaros,
    no conozco la historia del fuego.
    Pero creo que mi soledad debería tener alas.

    14. Nada

    El viento muere en mi herida.
    La noche mendiga mi sangre.

    15. Fiesta

    He desplegado mi orfandad
    sobre la mesa, como un mapa.
    Dibujé el itinerario
    hacia mi lugar al viento.
    Los que llegan no me encuentran.
    Los que espero no existen.
    Y he bebido licores furiosos
    para transmutar los rostros
    en un ángel, en vasos vacíos.

    poemas de Alejandra Pizarnik

    16. Poema para el Padre

    Y fue entonces
    que con la lengua muerta y fría en la boca
    cantó la canción que le dejaron cantar
    en este mundo de jardines obscenos y de sombras
    que venían a deshora a recordarle
    cantos de su tiempo de muchacho
    en el que no podía cantar la canción que quería cantar
    la canción que le dejaron cantar
    sino a través de sus ojos azules ausentes
    de su boca ausente
    de su voz ausente.
    Entonces, desde la torre más alta de la ausencia
    su canto resonó en la opacidad de lo ocultado
    en la extensión silenciosa
    llena de oquedades movedizas como las palabras que escribo.

    17. Naufragio inconcluso

    Este temporal a destiempo, estas rejas en las niñas de mis
    ojos, esta pequeña historia de amor que se cierra como un
    abanico que abierto mostraba a la bella alucinada: la más
    desnuda del bosque en el silencio musical de los abrazos.

    18. Fiesta en el vacío

    Como el viento sin alas encerrado en mis ojos
    es la llamada de la muerte.
    Sólo un ángel me enlazará al sol.
    Dónde el ángel,
    dónde su palabra.

    Oh perforar con vino la suave necesidad de ser.

    19. Noche

    Tal vez esta noche no es noche,
    debe ser un sol horrendo, o
    lo otro, o cualquier cosa.
    ¡Qué sé yo! Faltan palabras,
    falta candor, falta poesía
    cuando la sangre llora y llora!

    ¡Pudiera ser tan feliz esta noche!
    Si sólo me fuera dado palpar
    las sombras, oír pasos,
    decir «buenas noches» a cualquiera
    que pasease a su perro,
    miraría la luna, dijera su
    extraña lactescencia tropezaría
    con piedras al azar, como se hace.

    Pero hay algo que rompe la piel,
    una ciega furia
    que corre por mis venas.
    ¡Quiero salir! Cancerbero del alma.
    ¡Deja, déjame traspasar tu sonrisa!
    ¡Pudiera ser tan feliz esta noche!

    Aún quedan ensueños rezagados.
    ¡Y tantos libros! ¡Y tantas luces
    ¡Y mis pocos años! ¿Por qué no?
    La muerte está lejana. No me mira.
    ¡Tanta vida, Señor!
    ¿Para qué tanta vida?

    20. Salvación

    Se fuga la isla.
    Y la muchacha vuelve a escalar el viento
    y a descubrir la muerte del pájaro profeta.
    Ahora
    es el fuego sometido.
    Ahora
    es la carne
    ..la hoja
    ..la piedra
    perdidas en la fuente del tormento
    como el navegante en el horror de la civilización
    que purifica la caída de la noche.
    Ahora
    la muchacha halla la máscara del infinito
    y rompe el muro de la poesía.

    Poema Bonus:

    Solamente en las noches

    Escribiendo
    he pedido, he perdido.

    en esta noche en este mundo
    abrazada a vos,
    alegría del naufragio.

    he querido sacrificar mis días y mis semanas
    en las ceremonias del poema.

    he implorado tanto
    desde el fondo de los fondos
    de mi escritura.

    Coger y morir no tienen adjetivos.

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