¡Descubre los nuevos hallazgos!
Desde hace más de 130 años, la identidad de Jack el Destripador ha sido un enigma que ha fascinado a historiadores, detectives y entusiastas del misterio. Este infame asesino en serie aterrorizó las calles de Whitechapel, Londres, en 1888,
cometiendo una serie de brutales asesinatos que dejaron perplejas a las autoridades. Sin embargo, recientes investigaciones parecen haber arrojado nueva luz sobre el caso, señalando a dos posibles culpables. ¿Hemos resuelto finalmente el misterio?
Aaron Kosminski: el barbero polaco bajo sospecha
Uno de los nombres que ha resonado con fuerza en los últimos años es el de Aaron Kosminski, un barbero polaco que fue considerado sospechoso en su época, pero nunca se lograron pruebas concluyentes en su contra.
No obstante, en 2019 un estudio de ADN analizó un chal encontrado junto al cuerpo de Catherine Eddowes, una de las víctimas del Destripador.
Según los investigadores, el ADN mitocondrial extraído del chal coincidía con descendientes de Kosminski, lo que reforzó la teoría de que él podría haber sido el asesino.
Pero, como todo buen misterio, este descubrimiento no estuvo exento de controversia. Muchos expertos cuestionaron la validez de la prueba, argumentando que el chal podría haber sido contaminado con el paso de los años y que no hay evidencia histórica confiable de que realmente perteneciera a la víctima.
A pesar de ello, Kosminski sigue siendo una de las teorías más sólidas sobre la identidad del Destripador.
Hyam Hyams: un nuevo sospechoso emerge
Más recientemente, en 2023, la investigadora Sarah Bax Horton presentó otra teoría intrigante. Según ella, el verdadero Jack el Destripador podría haber sido Hyam Hyams, un fabricante de cigarros que sufría de epilepsia y alcoholismo.
Bax Horton basó su hipótesis en registros médicos y testimonios de testigos que describieron a un hombre con una marcha inestable y una limitación en el brazo izquierdo, características que coincidirían con Hyams.
Además, el historial de internaciones de Hyams en hospitales psiquiátricos sugiere que su comportamiento se volvió cada vez más violento en la época de los asesinatos.
Poco después de los últimos crímenes, fue ingresado definitivamente en un asilo, lo que podría explicar por qué los asesinatos se detuvieron de repente. ¿Casualidad o prueba contundente?
¿Un misterio sin fin?
A pesar de estos descubrimientos, el caso de Jack el Destripador sigue siendo un laberinto de teorías y conjeturas. Mientras algunos expertos creen que Kosminski o Hyams podrían ser los verdaderos culpables, otros sostienen que nunca podremos conocer la identidad real del asesino debido a la falta de pruebas definitivas.
Lo que sí es seguro es que el mito de Jack el Destripador sigue vivo y sigue generando debates apasionantes. ¿Será que algún día, gracias a la ciencia y a la investigación histórica, podremos ponerle un nombre definitivo al criminal más famoso de la historia? Hasta entonces, su sombra seguirá acechando las brumosas calles de Whitechapel en la memoria colectiva.
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